- Un año más la venta ambulante ilegal sigue asentada en Benalmádena sin que el equipo de gobierno de izquierdas haga nada al respecto.
- Lara se ha mostrado crítico y ha afirmado que el único responsable de que se permitan este tipo de comercios ilegales es Víctor Navas y su equipo de gobierno.
- Los empresarios vuelven a verse desamparados y desprotegidos ante una situación que ya es la tónica habitual en el municipio.
Benalmádena, 10 de marzo de 2022. Año 2022 y se vuelven a repetir las mismas escenas que años anteriores. La venta ambulante ilegal se hace fuerte en diferentes puntos del municipio, sobre todo, en la zona de la costa. Juan Antonio Lara y miembros de su equipo han comprobado de primera mano que la situación de estos comercios ilegales continúa otro año más y han mostrado su preocupación por los empresarios de la zona que ven mermadas sus ventas por la competencia desleal a la que se tienen que enfrentar a diario.
Benalmádena tiene un gobierno que no se preocupa por los empresarios de la zona donde se producen estas ventas ilegales, sobre todo en la zona costera, donde prácticamente en todo el paseo marítimo hay puestos ilegales de venta ambulante.
El líder de la formación popular se ha mostrado crítico, contundente y ha afirmado que “este equipo de gobierno es el único responsable de que se permitan estos comercios de forma ilegal y se mantengan, ya no día tras día, si no también año tras año. Porque este asunto es la misma película todos los años”.
Nuestros empresarios y comerciantes se sienten desprotegidos, además de no llegarles subvenciones en estos tiempos tan difíciles, tienen que sumar la falta de protección ante las ventas ilegales, una competencia ilegal que no pagan ni impuestos ni tasas.
Desde el Partido Popular están a favor de la creación de una planificación para ayudar al sector comercial y regular todas las actividades comerciales que se llevan a cabo dentro del municipio.
Para finalizar, Lara ha subrayado que “nuestro sector comercial y empresarial tiene que sentirse arropados y queridos por el ayuntamiento y no desamparados y ‘vendidos’ como se encuentran ahora.